Vol. V, Núm. 10, Febrero 2016

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Pablo Palomino y Carlos Fuentes: vidas paralelas

Pablo Palomino y Carlos Fuentes: paralel life

José Martínez Torres

PTC Universidad Autónoma de Chiapas

Martinez_torres5@hotmail.com

Fecha de recepción: Septiembre 7, 2015

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http://dx.doi.org/10.31644/IMASD.10.2016.a02

Resumen

Este artículo expone ciertos aspectos de la contrastante carrera literaria de dos escritores, uno de ellos probablemente el de más éxito y el otro entre los menos mencionados dentro del campo literario de México. Las respectivas trayectorias de Carlos Fuentes y de Pablo Palomino tuvieron muchos rasgos en común desde sus inicios: pertenecieron al mismo grupo cultural que se llamó los Basfumistas, formaron parte de una sola generación de escritores y publicaron su primera novela con una diferencia de tres años: Autopsia (1955) y La región más transparente (1958). Se exponen en este espacio algunos de los temas y de las técnicas evidentes en el primer relato con el fin de observar los diversos rasgos que tienen en común, como por ejemplo el llamado fluir de la conciencia empleado por James Joyce en Ulises (1922).

Palabras clave: novela, urbana, vanguardias, paradoja, contrastes

Abstract

This article discusses certain aspects of the contrasting literary career of two writers, one of them probably the most successful and the other among the least mentioned in Mexico’s literary field. From the beginning, Carlos Fuentes and Pablo Palomino had trajectories with many features in common: they belonged to the same cultural group, called the Basfumistas, they were part of the same writers's generation and published their first novel with a difference of three years: Autopsia (1955) and La región más transparente (1958). We present here some of the issues and techniques used in the first story in order to observe the various features they have in common, such as the so called stream of consciousness employed by James Joyce in Ulysses.

Key words: novel, urban, avant-gard, paradox, contrasts.

Pablo Palomino es un caso poco atendido por la crítica literaria, sobre todo si observamos la discreta recepción que tuvo su primera novela -Autopsia (1955)- comparada con la ruidosa aclamación de la primera novela de su amigo y colega Carlos Fuentes -La región más transparente (1958)-, con quien lo unieron diversas circunstancias, no sólo generacionales.

Mientras que esta última fue lanzada al público "como si se tratara de un detergente" (Richard Reeve, 1982: 51), de Autopsia apenas se hizo mención en la prensa: lo más destacado fue la reseña que se publicó en el suplemento México en la Cultura (Emmanuel Carballo, 1955: 2).1 No tuvo, ni mucho menos, el recibimiento de otros libros de la época, como el mencionado volumen de Carlos Fuentes, reimpreso el mismo año de su publicación, ni desde luego el de la muy leída Casi el paraíso (1956) de Luis Spota, ambas promocionadas por el Fondo de Cultura Económica en los principales espacios de revistas y suplementos culturales del momento.2

Tres años después de aparecida Autopsia, se celebraría la aparición de La región más transparente de Carlos Fuentes. Se afirmaba que, entre otras virtudes y novedades, se trataba de la primera novela urbana de México (Carballo, 1986: 536). El entusiasmo llevaba a la imprecisión, pues antes de 1958 habían aparecido numerosos relatos con personajes, tramas y decorados urbanos, entre otros Soledad de Rubén Salazar Mallén (1944), Los días terrenales de José Revueltas (1949), y la novela que representa el más claro antecedente del primer relato amplio de Carlos Fuentes, Autopsia, de Pablo Palomino, como se verá a continuación.

En uno de los ensayos clásicos sobre narrativa hispanoamericana, se señala no sólo esto sino que existe incluso una tradición de novela urbana en México: "La capital del país tiene un lugar cada vez más grande en la novela mexicana. Azuela abrió el camino con La Malhora, en 1923" (Claude Fell, 1976: 82). En realidad, podría hablarse de novelas urbanas incluso anteriores, como La Rumba de Ángel de Campo, publicada en 1890, y Santa de Federico Gamboa, que apareció en 1903, si bien no es sino hasta El Joven (1928), de Salvador Novo y La luciérnaga (1932) del propio Mariano Azuela donde la ciudad de México deja de ser un telón de fondo y se convierte en verdadera participante y protagonista, el sitio en donde desfilan burócratas, mendigos, putas, vagos y homicidas, como sucederá en las novelas respectivas, ya mencionadas, de Palomino y de Fuentes, con personajes de la clase alta capitalina sirviendo como contrapunto de los bajos fondos de las urbes modernas.

El Diccionario de Escritores Mexicanos en la ficha dedicada a Palomino menciona que su novela Autopsia "gira alrededor de F. Persons, personaje al que conocemos a través de sus amigos Clara, Luigi y Sergio B, quienes convocados a una reunión en casa de Persons realizan la autopsia moral de éste". Con esta estructura, Palomino prefiguró ciertos temas y recursos que después aprovecharía Fuentes, como el chiste y la parodia de personajes cómicos: "Se trataba del Barón von D., aristócrata de origen prusiano" (Palomino, 1955: 45), ciertos extranjeros en México de los llamados engañabobos que sería un sesgo aprovechado en La región más transparente para trazar los personajes secundarios clasificados como "Los extranjeros", que recuerdan las comedias de enredos filmadas durante la llamada Época de Oro del Cine Nacional, con las actuaciones llenas de gracia y humor de Germán Valdés Tin-Tan y Joaquín Pardavé, entre otros.

Se ha documentado que en aquella época acudieron visitantes extranjeros a México que ostentaban títulos nobiliarios falsos para abusar de los ingenuos. Aprovechaban la bienvenida brindada a los exiliados para cometer fraudes. No sólo el cine, sino también la novela tematizó esta situación, como se ve en La región más transparente de Fuentes, donde un cocinero se hace pasar por un noble italiano, un aventurero texano se dice aristócrata y se auto nombra el Conte Lemini, y otro se dice primo en tercer grado del rey Alejandro asesinado en Marsella. Como se recordará, también Luis Spota en la novela ya mencionada, Casi el paraíso, publicada un año después de Autopsia, logra hacer un mural de la burguesía mexicana de los años cincuenta al contar la historia de un personaje que se hace pasar por miembro de la nobleza italiana, un napolitano que en realidad es hijo de una prostituta y adopta el nombre del príncipe Ugo Conti, especializado en conquistar a las más bellas jóvenes, y que hace lo mismo con la hija de un empresario mexicano ambicioso y arribista.

Antes de publicar sus primeros libros, Carlos Fuentes y Pablo Palomino formaron parte de un grupo autodenominado los Basfumistas, especie de círculo social exclusivo de finales de los años cuarenta, según escribió el crítico Richard Reeve (1982: 40). Sus integrantes daban seguimiento a las vanguardias europeas que tuvieron auge en Europa durante los años veinte, aunque en realidad sólo formaban un grupo de jóvenes que compartían ideas sobre el arte y la música contemporáneos, se divertían haciendo bromas de tipo intelectual, como imitar extranjeros de distintas procedencias, ensoñaban y hacían proyectos no demasiado realistas como el de filmar una película con la colaboración de cada uno de los miembros. Continúa Reeve en el mismo espacio:

They possessed the means among themselves to produce the film: one of their close friends had practical filming experience, and they would be the actors. Later it was decided that Fuentes and Creel de la Barra would write a play rather than a film script. Ernesto de la Peña put forth a name of the group.

Ambos escritores se hermanan por una formación semejante, intereses en común, intenciones y filiación política, como es frecuente entre los miembros de una misma generación, además de tener una cercana amistad cultivada a través de los años de su primera juventud. El éxito literario los distingue y separa radicalmente. Basta ver las editoriales que publicaron la primera novela de cada uno: la modesta Editorial Obregón, que tiró pocos ejemplares de Autopsia, y la editorial más prestigiada del momento, el Fondo de Cultura Económica, en su colección Letras Mexicanas, la que, como ya se dijo, el mismo año de su publicación lanzó la segunda edición de La región más transparente.

Autopsia es una novela urbana que antecede a la primera novela de Fuentes en distintos aspectos técnicos y temáticos, entre estos últimos, se encuentra el tratamiento de la Revolución Mexicana como el origen de la modernidad del país, de sus transformaciones e institucionalización. Bajo este presupuesto, presenta una sociedad de nuevos ricos que sustituye en el poder a las viejas familias afrancesadas del antiguo régimen de Porfirio Díaz, ya venidas a menos.

La novela de Palomino se ve aderezada con alegatos de tipo ideológico-como se verá a cada paso durante la lectura de La región más transparente-, digamos cuando Sergio B.,uno de los protagonistas de Autopsia, dice: "Quiero realizar el momento histórico de mi país, aunque tenga que pisotear cien años de historia" (Palomino, 1955: 13), o también cuando se muestra una visión cosmopolita del intelectual de la época, personificado en Luigi, estereotipo del joven cultivado y viajero: "Por lo menos hace cinco años que no la veo. Una tarde lluviosa en Roma son mis últimos recuerdos (Palomino, 1955: 17).

Los ambientes en que se desenvuelven los personajes de Autopsia establecen un calculado contrapunto, lo mismo que en la novela de Carlos Fuentes; en una como en otra, ciertas acciones se llevan a cabo en los bajos fondos de la ciudad de México, para en seguida dar un vuelco radical presentando los refinados ambientes de la alta burguesía y de la política. En medio de ambos, los intelectuales deambulan como una conciencia crítica que observa su entorno con mirada de escepticismo.

En una parte del relato de Palomino las acciones tienen su desarrollo en las zonas más ricas de la burguesía mexicana, en cuyas reuniones "se habla de golf, […] de la última amistad en círculos presidenciales, y de vez en cuando se soltaba alguna palabra en idioma extranjero, a fin de no parecer demasiado provincianos" (Palomino, 1955: 39). En otra parte, se hace un recorrido por los barrios populares de la ciudad de México, como La Merced y La Lagunilla, para luego demorarse en Tepito, "el barrio famoso por reunión obligada del hampa de la metrópoli". Aparece la calle del Órgano -donde operaba la prostitución, floreciente en la capital de la República al promediar el siglo XX y donde deambulaban los clientes y las mujeres más pobres-, y otros sitios cercanos que ofrecían paupérrimos espectáculos de cabaret. También son expuestos los olvidados y los parias de la sociedad de ese momento, mendigos, pepenadores, padrotes, travestidos y homosexuales, al mismo tiempo que se muestra la corrupción policiaca y carcelaria, la circulación y el consumo de distintas clases de droga (Palomino, 1955: 120-135).

En medio de esta libertad novelesca, Autopsia incluye entre sus protagonistas a una joven homosexual de la clase alta capitalina, Clara, de la que se relata su iniciación lésbica, así como los puntos de vista que defiende sobre una sociedad moderna que apenas comienza a liberarse de ciertos prejuicios, para lo cual pone en tela de juicio los esquemas tradicionales. Clara no tiene problema para confesar sus preferencias sexuales ni para relatar cómo se hizo amante del personaje central, Persons, ni tampoco, en su momento, para decir cómo acudió a un consultorio clandestino a practicarse un aborto. Sus opiniones muestran una desinhibición poco frecuente en los personajes de las novelas de entonces, menos aún en sus personajes femeninos. Dice que "la misión de la mujer ha cambiado, pero pocas lo comprenden. Creen que han adquirido derechos, pero no obligaciones. Se consideran igual al hombre, socialmente, pero son incapaces de afrontar ningún problema" (Palomino, 1955: 147).

Como verá tres años después el público mucho más amplio de La región más transparente, en Autopsia ya se hace referencia a la vida de los políticos que se encumbraron e hicieron fortuna en cuanto cambió de manos el poder político: al apropiárselo los caudillos de la revolución iniciada con el lema ‘Sufragio Efectivo no Reelección’ de Francisco I Madero en 1910, una administración aristocratizante y devota de la cultura francesa se ve suplantada por una pragmática, admiradora y seguidora del American way of life.

Explica Persons: "Hemos adelantado políticamente, y aun más, casi he hecho desaparecer al Partido Comunista" (Palomino, 1955: 14). Desde luego que, como el hijo de un líder revolucionario del tipo de Federico Robles, protagonista crucial de La región más transparente, Persons no puede ver la política desde otra perspectiva que no sea la de sus intereses personales.

Es interesante también observar cómo se construyen diálogos que critican la realidad mexicana de ese tiempo de expansión y crecimiento urbanos, la que había dado inicio en el período del presidente Miguel Alemán, hacia 1946, como explica el propio Persons a Luigi:

-La ciudad carece de un plan y de unidad de criterio en materia arquitectónica. A las viejas casonas coloniales del llamado centro de la urbe, se unen ahora grandes rascacielos que rompen la armonía y convierten el espectáculo en un caos de estilos, intenciones o motivos. Los barrios nuevos, poblados de residencias costosas, se localizan en las colinas y lomas próximas a la ciudad, donde la gran plutocracia, que desde 1946 domina al país, finca sus reales (Palomino, 1955: 115).

Aquí y allá se incluyen frases y palabras de la jerga psicoanalítica que comenzaba a estar de moda entre la clase media y alta de los años cincuenta, por ejemplo: "inconscientemente ha tratado de crearte un complejo de inferioridad" (Palomino, 1955: 149). Términos de este tipo aparecen como parte del lenguaje cotidiano de estos protagonistas intelectualizados, Clara, Sergio, Luigi. Éste último -como el Príncipe Vampa y otros más que se muestran en La región más transparente- es un extranjero avecindado en la capital de la República, el cual a cada momento reitera su opinión sobre paranoia, traumas y complejos, entre otros términos de esta especie.

La modernidad capitalina se presenta a través de una serie de símbolos e imágenes desde el arranque de las acciones: Clara asciende en el interior de un cubo de madera lujoso en un edificio que se alza cuando menos18 pisos del nivel del fangoso suelo de la antigua ciudad de México: "El elevador era desesperante. Piso 15, 16. 17… por fin 18" (Palomino, 1955: 7). Esta modernidad urbana conforma un aspecto más que precede la primera novela de Carlos Fuentes y se manifiesta a lo largo del relato al mostrar la profunda crisis producida por las grandes urbes en los personajes de la novela contemporánea.

En cuanto a la técnica de composición, puede notarse cómo el narrador abandona su función y el personaje asume la voz del relato según el llamado fluir de la conciencia, a la manera en que lo hace Molly Bloom a lo largo del capítulo final de Ulises de James Joyce. Los pensamientos de Persons fluyen libremente, como hiciera su precursor, en un dilatado monólogo que no utiliza signos de puntuación:

Al menos haremos lo posible en todo caso abreviando se ganan muchas batallas y se hace menos pesado el tiempo naturalmente que Luigi y Clara serán los más disgustados pero no creo de Sergio que toma las cosas con serenidad esa puerta siempre ha rechinado al abrirla debemos mandar que le aceiten los goznes pues es intolerable ese agudo que se mete hasta la trompa de Eustaquio en fin el mito y la verdad se juntan más de una vez en un abrazo de color púrpura del que cae escarcha y así hasta que otros más fuertes llegan (Palomino, 1955: 120)

El Diccionario de Escritores Mexicanos, ya citado más arriba, informa que Pablo Palomino se formó como arquitecto y que más tarde estudió literatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Fue crítico musical y colaboró en El Universal, en los suplementos culturales México en la Cultura y Diorama de la Cultura, de Novedades y Excélsior, respectivamente.

Trabajó asimismo en Telesistema Mexicano, esto según afirma Vicente Leñero en un artículo publicado muchos años después. El autor de Los albañiles dice en ese espacio que la responsabilidad de Palomino en la empresa que se llamaría más tarde Televisa "consistía en supervisar que los guiones [de los programas] no contuvieran escenas susceptibles de ser censuradas luego por Gobernación". Con esta actividad llegó a ser importante en la toma de decisiones, pues incluso el productor Ernesto Alonso quería "congraciarse [con él] para que no le [pusiera] obstáculos a sus telenovelas".

Poco más puede añadirse al perfil -personal, profesional- de Pablo Palomino. El columnista Mario de la Reguera dio a conocer en su colaboración semanal que su amigo había muerto en su casa de descanso del balneario de Cocoyoc, a donde se había ido a vivir recientemente.

Escribió Palomino un solo libro, mientras que Carlos Fuentes publicó más de cincuenta.3 Murió un año después que el autor de Terra Nostra, pero lo antecedió en su fecha de nacimiento, que fue en 1926; en publicar su primera novela, en 1955, y en casarse con la primera actriz Rita Macedo, en1956.

Bibliografía

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Carballo (1986). Protagonistas de la literatura mexicana. México FCE/SEP. Col. Lecturas mexicanas No. 48.

----- (1955). "Autopsia". México en la Cultura, Suplemento Cultural de Novedades. 30 de octubre de 1955.

De Campo, Ángel (1979). Ocios y apuntes. La Rumba. México. Pomexa Editores. Fell, Claude (1976). Estudios de literatura hispanoamericana contemporánea. México SEP. Col. SepSetentas.

De la Reguera, Mario (2013). "Falleció nuestro colega Pablo Palomino de Uriarte", Revista Actual, el 13 de marzo de 2013 Editorial Contenido.

Fuentes, Carlos (1982 [1958]). La región más transparente. Madrid. Ediciones Cátedra. Col. Letras Hispánicas. Edición de Georgina García Gutiérrez.

Gamboa, Federico (1979). Santa. México, Promexa Editores.

Joyce, James (1989). Ulises. Barcelona. Editorial Lumen. Col., Palabra en el tiempo. Prólogo y traducción de José María Valverde.

Leñero, Vicente (2007). "Lo que sea de cada quién. Un favor para Julio Alejandro". Revista de la Universidad de México, 2007, p. 92 www.revistadelauniversidad.unam.mx/4107/pdfs/92.pdf Consultado el 28 de julio de 2015.

Ocampo, Aurora (2000). Diccionario de Escritores Mexicanos. UNAM. Instituto de Investigaciones Filológicas. 9 vol.

Palomino, Pablo (1955). Autopsia. México. Editorial Obregón.

Reeve, Richard (1982). "The making of La regiónmástransparente: 1949:1974", en Robert Brody y Charles Rossman, eds. Carlos Fuentes, A Critical Vew. Austin. University of Texas Press.

Revueltas, José (1979). Los días terrenales. Obras Completas,Vol. 3. México Ediciones ERA. 18 vol.

Reyes, Alfonso"Entrevista". i>México en la Cultura,Suplemento Cultural de Novedades, 2 de marzo de 1958.

Salazar Mallén, Rubén (1944). Soledad. México, Edición del autor.

Spota, Luis (1987 [1956]). Casi el paraíso. México, Fondo de Cultura Económica. Col Lecturas Mexicanas No. 71.

Notas

1Recuérdese que esta publicación fue de gran relevancia en el horizonte cultural mexicano, al punto de que hubo observaciones como ésta: "La vida cultural en México podrá reconstruirse, en sus mejores aspectos, gracias al suplemento de Novedades" (Alfonso Reyes, 1958: 2). La reseña "Autopsia" de Carballo fue publicada en este mismo espacio el 30 de octubre de 1955.

2Un hecho que llama la atención es que el ejemplar de Autopsia solicitado en préstamo en la biblioteca Daniel Cosío Villegas de El Colegio de México tenía unidas las páginas por el borde superior, es decir, no había sido leído, ni siquiera abierto, desde 1955 en que se editó, hasta 2000 en que se hizo su primera consulta.

3En su amplia actividad editorial hubo períodos tan fecundos que en menos de tres años aparecieron ocho libros suyos, por ejemplo de 1969 a 1971: Cumpleaños; El mundo de José Luis Cuevas; La nueva novela hispanoamericana (1969); Cantar de ciegos; Todos los gatos son pardos (1970); El tuerto es rey; Los reinos originarios, y Tiempo mexicano (1971).