Revista Académica,
Profesional Multidisciplinaria
Periodicidad Cuatrimestral
Directora
Mtra. Lucía G. León Brandi
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Periodicidad Cuatrimestral
Directora
Mtra. Lucía G. León Brandi
Documentos Académicos
Reportaje Académico
Una experiencia de investigación del Centro de Estudios para el Desarrollo Municipal y Políticas Públicas (CEDES) de la UNACH
Dra. Hilda María Jiménez Acevedo,
Mtro. Emanuel Gómez Martínez
Dr. Fernando Álvarez Simán
El objetivo de la investigación es conocer la percepción de los Zoques y Tzotziles en Chiapas acerca de los conceptos de pobreza y bienestar. Esto a través de la identificación, por parte de los actores sociales, de algunas de las representaciones construidas sobre ambos conceptos.
Al hablar de la pobreza vienen a la mente una serie de conceptos y definiciones tales como el de escasez o carencia de ingresos y de activos materiales: alimento, ropa, tierra, herramientas, dinero, etc. (Ravallion: 1993; Brandt: 2000 y Garza: 2002) el de inseguridad, carencia de voz y de poder (Deepa: 1999 y Moguel: 2000); el de inequidad tanto de género, como edad y pertenencia étnica, asociadas en particular a la vida rural y tradicional (Banco Mundial: 1982; Kabeer: 1998 y Deepa: 1999), carencia de oportunidades (Kabeer, 2003 y Sensor, 2003); el de tiempo y espacio dado que la interpretación varía con la época histórica y con la cultura, costumbres y características del lugar.
Existen también clasificaciones como la de pobreza absoluta, extrema o indigente, que mide la renta por debajo de la línea de pobreza, relacionada con la disposición de alimentos y su valor nutricional y energético; así como la pobreza relativa o moderada, referente a los hogares con respecto a otros en la misma comunidad, en otra igual u otro país, determinada por la escasez de recursos materiales para satisfacer las necesidades básicas para la sobrevivencia sana del individuo, sus precarios ingresos resultan en una inadecuada e insatisfecha nutrición (Ravallion 1993; Brandt 2000; Sen 2000 Garza; 2002, Hernández Laos 1990).
Se han diseñado diferentes tipos de índices e indicadores para su medición como el de Desarrollo Humano (IDH), el de Marginación, entre otros. La conceptualización generalmente se ha hecho con la finalidad de definir y medir las condiciones de pobreza, pero estas obedecen a criterios de quienes no viven y sufren la pobreza. Con la claridad de que un estudio sobre la pobreza rebasa el interés académico y se inscribe en el debate por el diseño de las políticas públicas, se descartó la definición de pobreza retomando los estudios académicos o los programas de desarrollo, con la intención de definir la pobreza desde la gente, con los pobres, quienes viven y sufren sus efectos. El objetivo fue definir la pobreza desde las representaciones sociales de zoques y tzotziles en Chiapas (Jiménez, 2012).
Como punto de partida se consideraron los conceptos mencionados de pobreza, con ello se identificaron cuatro municipios calificados como de Alta Pobreza y bajo Índice de Desarrollo Humano: Zinacantán y Santiago El Pinar, en territorio tzotzil, y Ocotepec y Francisco León, en territorio zoque.
Los hechos sociales se interpretan de forma distinta en cada grupo a partir de sus creencias, costumbres, hábitos y características, estos se van a ir representando en forma más o menos compleja a partir de imágenes y símbolos que van conformando sistemas de referencia que permiten la interpretación de los sucesos o fenómenos, lo que va a permitir dar significado, categorizar y clasificarlos (Moscovici, 1979), (Tinocco, 2006). Por su parte, las representaciones sociales son una forma de conocimiento espontánea, que surge de interpretar y pensar la realidad cotidiana en forma colectiva. La cultura y la educación formal e informal, son determinantes en la forma en que psicosocialmente se construye y concretiza simbólicamente este conocimiento y su interpretación.
Entre los factores que intervienen en la construcción de las representaciones sociales están la convivencia, la experiencia, y los modelos de pensamiento (tradicionales, formales, comunicación social). Se construye a partir de diálogos, palabras, gestos, imágenes para representar algo invisible o intangible. Se trata de un proceso creativo y autónomo donde se produce la interacción entre el sujeto-objeto (Jodelet y Guerrero, 2000).
Así, las representaciones sociales se estructuran alrededor de tres componentes fundamentales, que son la actitud de los sujetos hacia el objeto, la información sobre ese objeto y un campo de representación donde se organizan jerárquicamente una serie de contenidos.
La estrategia metodológica se diseñó pensando en una construcción social del concepto con los "pobres". En un primer ciclo de talleres, a partir de la pregunta ¿Qué entiende usted por la palabra "pobreza"? El resultado arrojó cerca de 200 ideas diferentes sobre lo que es la pobreza y por qué se es pobre, mismas que se agruparon en 13 categorías de análisis.
Se consideró que esta serie de ideas acerca de la pobreza eran sólo una hipótesis que habría que poner a prueba mediante una serie de técnicas de investigación, como el levantamiento de 520 cuestionarios. Se organizó un segundo ciclo de talleres de auto diagnóstico participativo con mapas de cuencas y mapas mentales; la modalidad de teatro campesino. Se realizaron recorridos a pie y en auto por el territorio y el levantamiento de un video etnográfico, para recuperar imágenes del paisaje rural, de los lugares donde los pobladores ubican la pobreza (con una metodología de exposición y difusión entre pueblos de tradición oral). Con esto se generó la reflexión y discusión entre los actores sociales, facilitando además la comunicación, comprensión e interpretación por parte de los investigadores.
En el primer acercamiento con los actores sociales, descubrimos que el término "pobreza", no corresponde a los lenguajes zoque y tzotzil, sino que es parte del lenguaje institucional y académico para describir las necesidades sociales. Así se identificó que la mejor manera de definir el concepto es a partir del término estar-bien o bien-estar.
Los resultados del primer ejercicio de diagnóstico participativo, fueron insuficientes para precisar la representación social de la pobreza1, sólo se había realizado un taller en cada cabecera municipal, que proporcionó una primera aproximación al concepto de pobreza. Se obtuvieron interpretaciones muy distintas como las de aquellos que definían pobres a los que ya no hablaban la lengua nativa, en sentido contrario de los que definen como pobres a los que sólo hablaban la lengua nativa.
Uno de los conceptos clave que permitió llevar a cabo la estrategia de investigación en campo, fue definir el territorio, se elaboró un mapa por municipio con precisión geográfica de límites y principales sitios e infraestructura, como son la cabecera municipal y las principales localidades, las carreteras y ríos, dejando que los asistentes al primer ciclo de talleres ubicaran dónde estaba "la pobreza" y la "no pobreza". El resultado arrojó las siguientes particularidades. Se organizó un tercer y último ciclo de talleres, para presentar los resultados preliminares de la investigación con auxilio del video documental, con el propósito de validar la información y mejorar el alcance de la interpretación.
En forma breve haremos una presentación de cómo ven e identifican en su territorio los actores sociales, "la pobreza" o "la no pobreza" por municipio. Los recorridos a pie y en carro, sirvieron para identificar físicamente las diferentes situaciones de pobreza o su contrario, el bien-estar:
Francisco León es un municipio zoque, compuesto por cuatro ejidos. Este municipio fue impactado por la erupción del volcán Chichonal en 1982, por más de 15 años dejó de ser incluido en la lista de municipios de Chiapas. Hasta que los sobrevivientes a la erupción desplazados por el desastre, regresaron a re-ocupar su territorio ancestral, proceso mal planeado que generó un escenario de disputas agrarias y políticas al interior de los ejidos. Dos dirigentes zoques del ejido San Miguel La Sardina, integrantes de la Organización Campesina Emiliano Zapata (OCEZ), en entrevista, permitieron acercarse a la representación social de la tierra y el territorio en su lucha agraria y participación política.
El territorio de los cuatro ejidos cuenta con recursos suficientes para producir alimentos diversos: granos básicos (maíz, frijol, calabaza, principalmente), hortalizas (jitomate, cebolla, chile…), frutas (naranja, limón, sandía, café, aguacate, pimienta), árboles maderables (cedro, caoba, pino, encino, canela), hierbas medicinales, ganado mayor (vacas), ganado menor y de traspatio (cerdos, ovejas, chivos, aves de corral), bestias de carga (caballos, burros, mulas) e incluso pescados en los abundantes ríos y lagunas. La paradoja de los campesinos de Francisco León es que viven en pobreza alimentaria pese a la riqueza del medio en que viven.
La producción agropecuaria es para autoconsumo, los productores tienen escasas o nulas experiencias de comercialización, se limitan a vender sus excedentes a intermediarios o coyotes, que pagan a precios muy bajos. La situación es todavía más grave en los pueblos más alejados a la cabecera municipal, por la deficiente infraestructura de caminos.
En Ocotepec, municipio también zoque, en términos generales presenta condiciones territoriales similares a Francisco León.
En Santiago El Pinar, las microcuencas hidrográficas están deforestadas por el ganado vacuno extensivo y por el corte de madera para leña, y lejos de existir un programa de manejo forestal que ordene las actividades de aprovechamiento y resguarde de zonas de reforestación, hay programas como Ciudades Rurales que representan un cambio de uso de suelo de rural a urbano, sin que la población tenga un crecimiento demográfico que amerite la construcción de una ciudad. Las viviendas tradicionales disponen de traspatio con hortalizas, árboles o ganado, con un temazcal en algún sitio del solar o predio para casa-habitación.
En Zinacantán hay diversas experiencias. Los productores de flores de ornato utilizan muchos agroquímicos, infraestructura de riego y de invernadero, y con las ganancias económicas compran el maíz para su consumo, han dejado de sembrarlo, más no de consumirlo.
En el acceso al agua hay problemas muy diferentes según la disponibilidad del recurso en cada microcuenca. En la cabecera municipal, el río Zinacantán está muy deteriorado, sin vida acuática y con poca corriente de agua. En los bordes de los ríos se observan ovejas pastando la cobertura vegetal, mujeres lavando por falta de agua entubada en sus domicilios, descargas de drenaje de las viviendas particulares, botes de agroquímicos procedentes de los invernaderos de flores u hortalizas.
En la comunidad Pasté, municipio Zinacantán, el acceso al agua tiene otro problema por el tipo de cuenca, ya que el clima es seco y las fuentes de agua son subterráneas y no hay pozos suficientes para toda la población, lo que en años anteriores fue objeto de disputa entre grupos políticos rivales (PRI-PRD-EZLN) y fue resuelto al intervenir las autoridades comunitarias y nombrar regidores de agua encargados de las obras de agua entubada y vigilantes de que la distribución del líquido incluya a todos los habitantes, independientemente de su filiación política o su credo religioso, lo que redujo significativamente los conflictos socio-ambientales por estrés hídrico.
En Navenchauc, municipio de Zinacantán, el agua es tan abundante que la laguna se está desbordando por la basura acumulada en el dren natural del lago, por lo que la gente define pobreza como un problema derivado de las inundaciones que cada año empeoran las condiciones de vida.
Así podemos ver que en un sólo municipio hay por lo menos tres microcuencas hidrográficas, cada una con diferentes tipos de conflictos por el agua: contaminación por basura y sobrepastoreo de ganado en la cabecera de Zinacantán; escasez de agua por ser una cuenca sin ríos superficiales en Pasté y conflictos por grupos políticos rivales bien manejado al intervenir el sistema de cargos comunitarios; y desbordamiento de la laguna de Navenchauc por mal manejo de basura derivada de los agroquímicos utilizados en los invernaderos de flores.
Como se señaló, en el ciclo de talleres se identificaron ideas y conceptos sobre lo que es la pobreza y lo que no es, como resultado se agruparon y definieron por tipo de bien, los cuales se describen a continuación:
Bienes materiales. Son todos aquellos que se conocen comúnmente como infraestructura de servicios públicos y de la vivienda, pero también los materiales con que está hecha la casa, los enceres y equipos domésticos y de trabajo; se incluye el vestido la maquinaria.
Se percibe una diferencia de género derivado de la división sexual del trabajo. Los hombres relacionan el capital físico con los medios de producción, infraestructura y las comunicaciones, mientras que las mujeres señalan mayormente los bienes y materiales de la vivienda y los servicios principalmente el agua, la disposición de alimentos y su preparación, el vestido, la salud y los medicamentos.
Se observa la vulnerabilidad de una vivienda o incluso de una comunidad ante desastres por contingencias ambientales.
Bienes sociales. La tradición de trabajo colectivo no remunerado y corresponsable ligado a las celebraciones locales ha disminuido. Otras medidas de solidaridad ante problemas familiares o comunitarios todavía se presentan entre los pobres, pero en poblaciones mayores se va desdibujando.
En este rubro se percibe la falta de organización para la producción y el desarrollo, lo cual es una representación de la pobreza, la corrupción, el clientelismo y los intereses de líderes han perjudicado a las organizaciones. Los conflictos de tipo religioso y político han ayudado al deterioro. La necesidad de resolver problemas urgentes está obligando a la organización y negociación interna, la magnitud de algunos problemas requiere de la intervención del estado pero no hay interés político en participar.
Los actores sociales entrevistados, consideran que los programas e intervenciones del gobierno dan pocos resultados y les parece que hay un retroceso. Entre las causas identifican las divisiones sociales y políticas surgidas al interior de las comunidades, debido a las disputas por el poder municipal (los partidos políticos), por la corrupción de líderes y autoridades que privilegian a amigos, parientes y gente de su partido excluyendo a los otros pobladores; existe una pérdida de la cohesión comunitaria y la confianza por la ineficacia de muchos programas oficiales y de la "ley que no castiga a los que hacen daño a la comunidad".
En todos los casos se encontró una baja participación social en proyectos productivos, pocas o ninguna empresa rural, ni siquiera se identificaron cooperativas campesinas con sistema producto como café orgánico. Por lo general, la comercialización está en manos de agentes locales o externos, conocidos como coyotes, que compran los productos agrícolas a precios muy bajos.
Los dirigentes más politizados son los que militan en organizaciones campesinas de izquierda, y tienen la idea muy clara de que para mejorar las condiciones de vida es necesaria la organización social, particularmente para defender el territorio, los recursos naturales, las costumbres y darle vida a la vida comunitaria. Específicamente para organizarse en procesos de producción y comercialización, pues entre los escasos recursos con que se cuenta está la tierra, el agua, la cultura agrícola y las semillas nativas. Sin embargo muchos se han corrompido y entrado a esquemas clientelares con el gobierno o los partidos políticos.
Los vecinos se organizan de manera voluntaria para resolver problemas locales como el acceso al agua limpia, el transporte a las ciudades, la organización de los mercados municipales, la organización de las fiestas tradicionales, la construcción y reparación de caminos, puentes, escuelas y espacios públicos como las plazas o las canchas deportivas.
Bienes humanos. Son aquellos inherentes a la persona y que se generan a partir de la cultura, "los saberes" la educación formal, las capacidades, habilidades y destrezas, así como la condición de salud.
Para los zoques y tzotziles, la identidad fortalecida se deriva de los bienes humanos, así como del uso de la lengua materna, las creencias y actitudes ante la pobreza. Se destaca que hay quienes consideran que ser pobres es producto de la gracia divina, otros consideran que su familia no es pobre.
Se percibe el bajo nivel educativo y poca capacitación técnica y de gestión. La asociación de la salud y la pobreza fue frecuente, problemas como la desnutrición, enfermedades respiratorias y diarreas agudas, la tos, cansancio, dolor de cuerpo y cabeza, manchas en la piel, dentadura en mal estado; son parte de su representación social. La falta de medicamentos, así como aspectos emocionales ligados a la falta de descanso y el esfuerzo físico excesivo, condicionan el bien-estar del individuo. También es patente la ignorancia, la falta de conocimientos técnicos para el trabajo y el comercio, para enfrentar el otro mundo y aprovechar las oportunidades o resolver problemas.
Para las mujeres, la pobreza se representa en el estado emocional por los sentimientos que se generan tales como tristeza, angustia, miedo, se vive estrés y se padece frecuentemente de dolores de cabeza y espalda. Lo que a la larga afecta la salud mental. Así también existe la discriminación por género, edad o cultura y la soledad entre los ancianos.
Otro factor es el alcohol, el cual representa para los hombres un derecho al descanso y el ocio, y para las mujeres representa un riesgo de violencia intrafamiliar y empobrecimiento, y las opciones que han encontrado es cambiar de religión a grupos o sectas que prohíben el alcohol.
Bienes económicos. Son aquellos relacionados con el trabajo y el empleo, el ingreso, las formas de financiamiento, las maneras de ahorrar. También, estos tienen una relación con la producción y el comercio.
En estas regiones hay una evidente falta de empleos permanentes y procesos productivos en las zonas rurales. Los ingresos son bajos y falta que la gente se haga corresponsable de su progreso; que los estímulos sean para quienes trabajan bien, pues los subsidios crean una actitud de dependencia.
Las opciones de vida son: producción agrícola de subsistencia, si tienen tierra; conseguir un trabajo de jornaleros, peones o mozos; casarse, tener hijos y acceder a programas sociales; emigrar a otra región, estado o país, para estudiar o trabajar.
Los ingresos de las familias no van a la producción ni se invierten, en muchos casos se desperdicia sin beneficio para las familias. Con respecto a la pobreza en Francisco León uno de los entrevistados señala que:
(...) los zoques, siempre hemos sido pobres económicamente, pero éramos ricos en cultura, pero ahora creo que… ya vamos de la mano las dos cosas: económicamente y culturalmente estamos cayendo, nos estamos empobreciendo por la política de gobierno. (Jornalero de rancho)
Una representación de la complejidad local para resolver algunos aspectos se observó en Ocotepec, donde no funciona el mercado municipal a pesar de contar con la infraestructura, los pobladores y las autoridades no han logrado determinar a los locatarios, no hay acuerdos ni reglas para operar.
Más complejo aún es el caso de la dispersión poblacional, entendido por las instituciones como una causa de la pobreza, para los actores sociales la dispersión poblacional no es un problema en sí mismo, por el contrario, es parte de las estrategias de ocupación del territorio agrario y de aprovechamiento de los recursos como son tierras, aguas y bosques. La dispersión representa una oportunidad para acceder a la tierra aún si no tienen acceso a servicios básicos como agua, luz, drenaje, escuelas, clínicas, pues la tierra representa un trabajo seguro ya que depende de la propia fuerza y capacidad humana y es un recurso renovable. La tierra además les da un sentido de pertenencia:
El que vive en la cabecera municipal, aunque tenga servicios pero no tenga tierra, es el más pobre de los pobres, pues si no tiene dinero no come. El que tiene tierra aunque no tenga servicios no se muere de hambre, solo hay que trabajar duro en lo que ya sabemos. (Adulto mayor entrevistado en Ocotepec)
Los campesinos más ingeniosos experimentan con sistemas de producción agrícola particularmente en el maíz, hacen pruebas de ensayo error, en sus parcelas con abonos orgánicos y fertilizantes químicos, para comparar los resultados, pues muchas veces reciben los insumos sin capacitación ni asesoría.
Bienes ambientales. La tierra es un elemento de riqueza e identidad, por lo cual su carencia representa el mayor indicador local de pobreza. El clima, la flora y fauna de estos cuatro municipios, es rica y generosa, pero presenta alto grado de deterioro y riesgo para la gente. No se identificaron estrategias de conservación ni programas sustentables, solo algunas estrategias individuales.
Los problemas de contaminación del agua, la basura y falta de higiene y manejo de agua en las viviendas son representaciones sociales ligadas a la pobreza. La conservación como estrategia de vida podría transformar el futuro de la gente y sus generaciones venideras, esta es un área de oportunidad para las instituciones y la gente, principalmente los jóvenes pueden ser involucrados para generar formas diferentes de uso y cuidado del ambiente y sus recursos.
En Ocotepec, se comentó a las autoridades municipales sobre la avanzada deforestación manifestada por los pobladores en su mapa de cuencas hidrográfica y confirmada durante los recorridos en bosques, caminos y cruce de cañadas muy pronunciadas. Las autoridades municipales, con mucho dolor y resignación respondieron: "En menos tiempo se acabarán los bosques, esto es difícil de cambiar no tenemos como cambiar eso".
En Santiago El Pinar el presidente municipal comentó que un sueño de todos los pobladores era recuperar los bosques que habían sido deforestados en los últimos 20 años, producto de la ganadería vacuna extensiva. Sin embargo lejos de seguir la percepción social sobre los problemas y sus soluciones, el gobierno del Estado construyó una Ciudad Rural.
Hay pocos casos de organización para el manejo forestal de los bosques, lo que representa un riesgo de deforestación muy alto y que está presente en todas las comunidades, al grado que hay lugares como el ejido Vicente Gurrero del municipio Francisco León, donde los únicos árboles visibles son los que se siembran en contorno de los potreros o parcelas de maíz.
Del resultado de la evaluación de percepción final de los bienes por importancia en la reducción de la pobreza se obtuvo la siguiente gráfica:
Los bienes materiales considerados los de vivienda y trabajo, ocuparon el nivel de priorización más alto en cuanto a su importancia para lograr el bien-estar; enseguida están los bienes sociales, relativos a la organización, la colaboración y cooperación de los grupos y comunidades; en tercer lugar están los bienes humanos que como se señaló corresponden a los aspectos inherentes a la persona pero que pueden determinar su forma de enfrentar la vida y los problemas; encontramos luego los bienes económicos que a pesar de que la visión del modelo económico lo identifica como el elemento a partir del cual se puede reducir la pobreza, para los actores sociales no es el prioritario aunque si necesario; finalmente están los bienes naturales que parece que al estar ahí a la mano y ser parte de su cotidianeidad son considerados en menor importancia para cambiar su condición de pobreza, aunque hay conciencia de su deterioro y daño.
La pobreza representa distintas realidades según la edad, el género y el proceso social de cada comunidad, municipio, ejido, microrregión, cuenca hidrográfica. Para las mujeres, ser pobre es tener problemas para alimentar a los hijos, tener conflictos interfamiliares o violencia de género, tener cerrados los canales de comercialización de los productos agrícolas o las artesanías textiles. Para los hombres, ser pobre es no tener acceso a recursos agrícolas como tierras, semillas, fertilizantes, asistencia técnica, créditos financieros.
Para los jóvenes, ser pobre es una realidad que quizá pueda superarse mediante la emigración, por lo que se aventuran en dejar sus tierras y cuando regresan, si es que regresan, pocas veces traen dinero consigo, y si lo traen, lo gastan en invertir en mejorar la construcción de sus casas. Las tecnologías de comunicación e información están presentes y son parte del "progreso", pero debe haber un buena orientación para aprovechar sus beneficios ahora parece ser más una distracción y pérdida de tiempo.
Las personas mayores tienen una percepción diferente a la de los más jóvenes, generalmente explican que con anterioridad no había problemas de pobreza, había abundancia de recursos naturales (tierras, bosques, aguas, semillas) y no se necesitaba dinero para hacer transacciones comerciales.
En este estudio, el sujeto son los pueblos indígenas zoques y tzotziles, el objeto es la pobreza desde sus múltiples dimensiones, y el campo de representación son los sistemas sociales que estructuran la pobreza en los pueblos del estudio, con énfasis en el manejo sustentable del territorio
La pobreza genera un creciente nivel de vulnerabilidad y violencia en todas formas, además de limitar las opciones. Los niños, las mujeres y los adultos mayores son particularmente vulnerables a la explotación, la inseguridad y la violencia, aunque también los hombres son vulnerables por su origen a la explotación de patrones y terratenientes, autoridades, comerciantes, que reducen las posibilidades para escapar del círculo.
Analizando el discurso, se notó en todos los municipios que se considera a la pobreza como algo inmanente, sin solución, se le considera una situación en la que se nace y que difícilmente puede superarse, una condición social que les define como pueblo, y que están en espera de que "alguien", sea un gobierno o un líder redentor, llegue a resolver. Los actores sociales participantes no se asumen como sujetos de cambio o actores de procesos de desarrollo en general. Se identificaron un par de casos con una mentalidad emprendedora muy diferente, pero que son vistos como extraños.
Impera el paternalismo e instrumentalización de los pobladores, lo que se puede apreciar en la representación de una cultura clientelar de los programas subsidiarios de agencias gubernamentales y no gubernamentales, que con la esperanza de recibir algo, lo que sea: letrinas, estufas, gallineros, animales de ganado, techos de lámina, herramientas agrícolas, costales de cemento, árboles frutales, dinero incluso; aceptan depositar sus votos electorales por candidatos mañosos.
Existen factores que están generando cambios y diferencias entre los municipios estudiados, que hacen más complejos los procesos de cohesión y construcción de conocimiento y de soluciones para enfrentar el futuro.
Hay un cambio religioso en muchas comunidades, dejando la creencia católica para adoptar nuevas expresiones del credo cristiano, como Evangélicos, Testigos de Jehová, Pentecostés, Luz del Mundo, Adventistas del Séptimo Día y grupos de lectura de la biblia. Esto representa para algunos su única fuente de información, pero también la separación y división incluso entre familias.
Por otro lado, se está generando un proceso de cambio por el fenómeno de la migración, muy palpable en Ocotepec, en particular la de carácter temporal, donde los hombres (mayoritariamente), regresan con nuevas costumbres, ideas, gustos y vicios producto de la modernidad que están transformando aspectos visibles como la alimentación, la vestimenta y la forma de hablar.
El estudio generó elementos que contribuyen a la discusión sobre los paradigmas de Representaciones Sociales y los Medios de Vida. La microrregionalización, utilizando el enfoque de Microcuencas hidrográficas desde la perspectiva social del territorio, permitió ahondar en el estudio.
Se concluye que las representaciones sociales sobre pobreza, pueden contribuir a la generación e impulso de políticas públicas para el desarrollo local, más acorde a las personas que viven y sufren la pobreza, así como para generar propuestas para generar metodologías alternativas para acciones de extensión de la propia universidad.
Se observó una necesidad muy alta de capacitación en técnicas de producción, organización, acopio, control de calidad alimentaria, contabilidad, ahorro y crédito, comercialización y mercado. Esto es un mercado de trabajo seguro para egresados de universidades con licenciaturas en ciencias sociales y ciencias aplicadas como son las distintas ingenierías y administración. En este sentido, se considera un acierto dirigir los programas de servicio social y extensión universitaria a vincularse con los procesos comunitarios de desarrollo, gestión de recursos para proyectos productivos y capacitación técnica.
Los pobladores con mejores condiciones de vida son los que tienen más de una actividad económica. En Zinacantán, por ejemplo, los que son choferes de transporte público de la cabecera municipal a la ciudad más cercana y mantienen su parcela productiva de maíz. También destacan las mujeres zinacantecas que se organizan para comprar hilos para sus textiles tradicionales y con el tiempo han recibido capacitaciones en medicina tradicional y partería, aprovechamiento de traspatios y derechos de las mujeres a una vida sin violencia. Tener un ingreso derivado de la comercialización de textiles les ha permitido ser reconocidas al interior de sus familias y en sus comunidades como sujetos de derecho, por lo que, si bien al empezar a organizarse las mujeres tenían que pedir permiso a sus esposos, ahora que participan en el ingreso económico familiar no tienen obstáculos de sus parejas para asistir a capacitaciones aún si son en otras ciudades o en otros estados de la República.
En suma, se destaca que la pobreza se representa de distinta manera según las condiciones sociales de género, identidad cultural, territorio y acceso a recursos, aún al interior de un mismo municipio, por lo que los programas de desarrollo rural deberían estar focalizados según el actor social y para atender o manejar problemas concretos como el acceso al agua, las condiciones de la vivienda, la capacitación en proyectos productivos, la reforestación y manejo de cuencas hidrográficas, la organización comunitaria y el ejercicio de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.
El estudio planteó que las estrategias de política pública elaboradas con indicadores de pobreza por municipio e incluso por comunidad, son parciales, y para comprender mejor los problemas y sus posibles soluciones, es pertinente diseñar los procesos de desarrollo a partir de las familias campesinas, en las que también hay una diversidad de género y edad que es necesario tomar en cuenta.