Antología
A petición del mar
escribo
como el que por primera vez se ve las manos
y tiene sed
y bebe golondrinas
no dejo más huella
que la de mis pies en la arena del mundo
porque como nací pájaro
crecí árbol
y llegué camino
sólo tuve
la vecindad del viento
su puerta
su morral
su tinaja de agosto
juegos
hermanos
abuelos (con su tos y todo)
tíos
novias
y padres
morenos diariamente
resbalándoles el sol
para el maíz
(por eso recuerdo siempre
alegría de camisa rota
y corazón alrededor)
pero los juegos se quedaron en las calles
después las novias en las cartas
y un día
los abuelos nos vistieron de negro
y el pueblo
en fin
partió a caballo hacia el recuerdo
qué queda, pues, entonces
sino siempre el viento y sus historias
y nuestra espalda con su dolencia de estaciones
y unas ganas inmensas de retornar
quién sabe a dónde
entró en palmera mi dolor
salió de sus palmadas inmediatas
en puerto han acabado los barrotes del cráneo
el grito en pájaro
en qué termina el mar
en qué la luz
y la sombra
y la luz y la sombra
y el planeta inseguro
en qué termina el asfalto
en qué el payaso
en qué el camino
sino en gaviotas
sino en amor
en amor
sino en cuerpo
sino en día
sino en peatón airoso
sino en pupila humana
sino en nuestra casa
Cosa feroz
tus besos ya no contienen el mismo licor:
alguna telaraña camina por tus labios
algún bicho invasor manosea tus vasos
algo violenta sombras contra tu risa
y hace más ralo el calor de tus manos
y menos caña la caña de tu boca
Hace muchos años
hace muchos años
madre enfermó de asma de nervios de
hablar mucho de andar exprimiendo su pobreza
durante muchos años vendió pescado
hacía dulces de coco
hacía pan de vértebras mojadas
era única
era ideal
era jodona
la esposa fiel
madre todavía
igualita
Casa
mi caverna está bien
un poco oscura
pero es el modo de guardarme
de tanta luz
de tanta electricidad hasta el fisco
mi país está aquí
alrededor de mis pocas palabras
en mi árbol más cercano
en mi carreta con aire
en mi padre que es muy garza
muy canoa
el agua
y la lluvia
Poema con muerte acalorada
me pongo a discutir con mi muerte
y me acaloro
y nos acaloramos
y en llamas
seguimos discutiendo
se necesitan trancas
fuertes sogas
ríos enfurecidos
para detener mi muerte
mi muerte echó a correr como un caballo
agárrate
viento
que traigo
mi muerte relinchando
mi muerte desbocada
¡ay!
mi enloquecida muerte
Poemuerte
(canto a miquiztli)
porque te encuentro a cada paso
a cada inmensidad del viento
en cada gente que me mira como quien sabe pájaro.
porque acudo a mis raíces
y te descubro formando parte de mi risa, de mis ojos.
porque la tierra y el pueblo
y porque duele en el costado
algo que me entristece hasta el amor
te platico estas cosas
compañera
Días de lo oscuro a lo azul
soy
como aquel que está solo
y rompe su espejo
el que se quedó muriendo su edad
con una carta
el de siempre corazón a la mitad
el golondrina
Alicia
te asedio
como los tambores en la selva
como el homosexual en la madrugada
como los pasos en el esquizofrénico
como la linterna del policía
como el conde drácula en la ventana
con la serenidad del asesino
con la ansiedad del paranoico
en el escenario del púgil
en la calle de la decisión
en la esquina de la inminencia
donde muere la cruz y nace la cruzada
donde duerme la cuna y despierta el hambre
donde termina el país de las maravillas
y comienza la isla de las persecuciones
Aves
I
tuvo su grieta
su república hinchada
tuvo ese uniformado diente hincado como un fusilamiento
exactamente allí en el lado izquierdo
del mundo
en el lado en que se ama y se odia y se pelea y se enloquece
allí donde brinca la pena como un sapo enfermo
donde la rabia me como un topo infinito
tuvo también allí su novia
su familia
y todo lo que se quema y se congela allí lo tuvo
pero para qué
para qué
digo para qué escribir sus memorias
si no vale la pena
IV
cómo le gustaban los polvorones de las cinco de lamañana
cómo le gustaban las cinco de la mañana
cuando los pájaros están a punto de abandonarla noche
los polvorones que se deshacían en la taza de café
cómo le gustaba el sombrero de su hermano mayor
cómo le gustaba acompañarlo a cuidar la milpa
diariamente
cómo le gustaban los pájaros poblando el aire de lamañana
Vértebras
I
Me soneto a tu cruz. No a la ecuación
mecánica asustándome la fiera,
pero a la carpa donde desespera
la fuerza diaria soportando el son,
el ritmo doble de la sinrazón
y del esquema. De la tumba esfera
donde dan vueltas fiel mi calavera
y el pan enorme de mi corazón.
¿A qué jugar entonces, mala fuente?
¿A qué seguir tus pasos, dictadura?
Dame tu brazo, nómada, serpiente;
las bendiciones de tu mordedura.
Soy una lengua pura que se miente
y se castiga y permanece y dura.
X
la piedra sólo se mide por su terquedad inagotable
el látigo sólo se mide por su dictadura inagotable
y yo me mido a caballo relinchando entre el sudor inagotable
para que esa gafa hostil se rompa en ciegos merecidos
para que esa bota hija del fango cercene el pie que la sustenta
para que incluso el viento nasal nos ponga a salvo
del doble filo de la amnistía
así siempre tengamos que correr
a través de los bordes de tornillo
Días del terrible mar
me siento un poco más abandonado esta tarde
no sé por qué se me muere otra pluma y todos callan
y nada suena en la guitarra
que no sea esos árboles sin viento
es el tiempo de estarme
con alguna tristeza más adentro y más viejo
como quien ve morir el sol desde su patio y mira
y mira
y mira
pienso mi manera
de no poder andar abierta la mirada
y se me mueve el mar por dentro
no quiero decir llanto
no me gusta
ni decir soledad
¡consuélame. camino,
y regálame pasos que no tengo!
Poema con octubre en la ciudad
me estoy saliendo al patio a caminar
cada mañana cada tarde
al patio de mi casa mientras es octubre
mi casa quedó atrás
y escribo
y mientras es octubre y escribo
el recuerdo se me vuelve mi casa con su patio
y salgo a caminar
cada mañana cada tarde
cada olor de limón
cada pájaro
cada mirada padre
cada mirada madre
cada mirada hermano
y también canto
estoy sentado
en algún lado de alguna ciudad con todo su ruido y su metal
pero ando caminando por octubre
mientras es el patio de mi casa
pájaro
limón
pájaro
mi casa con su puerta vieja
y con mi perro
mi casa
mi perro
y tengo cienmil pasos por el polvo
y tengo el camino y la vereda
y cien mil pájaros tengo
mientras es octubre
Soneto que no entra a la ciudad
Yo no habito ciudad. No. Me doy cuenta.
Y me doy cuenta sombra que ando un poco
luz. Ciudad que no habito y cuyo foco
oscuro, cuya lámpara sedienta
de mí, de mi silencio (que me orienta
a la luz, a las voces con que toco
el paso de mi sangre y mi loco
seguir en mi tristeza y mi osamenta)
se muere de chocar contra mi canto
de árbol; mi rudo ir de campesino
a pie sobre la tarde. Y me levanto
y adelgazo mi palabra hasta un fino
ayer de viento: Y a la ciudad canto:
“Mi habitación es pájaro y camino...”
Soneto pluvial
lluvia anunciándose. lluvia con sonido
de lluvia que se acerca como denso
panal bullente. lluvia como extenso
oleaje de un mar cayendo con ruido
de dioses, con atronador zumbido
de río colosal, de saurio tenso.
lluvia mayor, lluvia del más intenso
y más salvaje y más feroz rugido
torrencial. lluvia que trae más lluvia
y más agua y más mares y más lluvia.
violenta lluvia, ronca. lluvia tal
que su furor lluvioso harto de lluvia
rompe el último cerco de la lluvia
más sorda y más atroz, lluvia total.
negro corcel de sonidos
galopa no galopa vuela
vuela sonoro
golpe en el tambor del tímpano
eclosión de crisálidas
torbellino de sombras
el anciano toca el tambor
la noche desciende
toda la oscuridad por dentro
el tambor resuena
la flor se abre
se abren alas
brazos libros puertas
ojos manos
se abre un secreto
el puñal penetra hasta el puño
las venas se abren
encendida sangre vierte la noche
bulle la sangre
chorrea la sangre
el puñal arde por dentro
en la cavidad resplandece
clavel ardiente
la noche arde
rojo corcel se aleja
tamborileando sobre las estrellas
Canción
lejos está la ciudad
y mi madre me dijo
como estás
hijo
y mi padre me dijo
que viaje tan largo en tus ojos
y mi tío a caballo
pasó saludándome
con su voz
grande
tengo en las manos el mar
y en los pies a mi abuelo
y mi novia
lejos
y me vuelvo rural
qué viejo corazón de pueblo
vengo de lejos llorar
y mi madre me dijo
como estás
hijo
dios falló al conferirme el corazón
y el diablo al marginarme de sus huestes
por tanto convertí mi aire en humano
mi voz en humana
mi paso mi paladar mi habitación mis estaciones mi ademán
mis ratos malos mi quehacer en humanos
¿en qué pues ahora fallo?
¿dónde el error de mi fealdad honesta?
¿qué personaje de mi cuerpo pide ayuda?
¿qué flaquea en mi aire
¿qué se hunde en mis embarcaciones?
¿en qué resquicio localiza espaldas tu puñal?
¿en qué casa de mi pueblo te escondes general enemigo?
La mitad del amor
la otra el muro la frontera
el llanto el arma la protesta la muerte
la soledad el pan gruta que nos parió
la una para mamá y papá
qué vejez
qué jícara a la mitad
la una para mi hermano mayor que todos los días
todas las noches pesca y su casa no acaba y su mujer
más hijos
más trabajo más barrer más qué más
la una para diariamente con Enrique ya crecido
a mujer
y dos hijos y más duro a la pesca ni modo
y con Beto que regresó con mi cuñada y sus niñitas
de la
capital (el varón se quedó con los suegros por lo de
la escuela)
sin trabajo y sin dinero y con ganas quién sabe
de qué
y con Cupertino que recién se casó y abandonó
a su compañera
por otra pero se tuvo que arrepentir y volvió
con su mujer y se
fuepa’dónde a esconderse (madre llorando,
padre resignada
su cana
caramba
la rueda rueda
caramba)
la una para Lupito que pasó el examen de admisión
para estudiar
en la escuela náutica y ser ingeniero en máquinas
marinas
papá vendió el terreno pero Lupito será ingeniero
papá se tiene que operar pero será ingeniero
mamá reza (será ingeniero, ya verán) todos los días
reza
llora trabaja
la una para Lupito es estudioso será ingeniero
se lo merece
la otra
la mitad del amor
Regresos
ya no tiene remedio
ya no tiene remedio esta lluvia
que horizontal te busca
te persigue
cuando escapa de mis poros
un palmo del desierto que me hiciste
ya no tiene remedio el agua
el río que soy desde mi puerto solo
ya no tiene remedio el cántaro que llevo
en la quemazón del medio día
no me moja la luz donde no estás
*
ya no tiene remedio
pero vuelvo siempre
a tu arena querida
a tu frescor
vuelvo
así sea en ráfagas
así en cabizbajo amor
así en altar abandonado
Si quieres conocer la vida
si quieres conocer la vida
amárrate los zapatos /anuda
bien tu corbata /quítatela
no existe ni el zapato ni
la corbata /el sueño es una
instancia de la vida /pero
no es la vida /la lluvia sí/
también el árbol /la madera
en que duermes /el
amanecer en que despiertas/
tómalo /haz tuyos la tristeza
y el placer /suponte que eres
cien /brinda contigo.
(Apunte)
yo no sé para qué quieres mi mano
si por ella
me salí a cinco rumbos,
un día,
desconcertado,
borracho de mi vida
yo no sé para qué la quieres
si ya no tiene canciones
mi mesa
ni papel
ni tinta para hacerlas
yo no sé para qué quieres mi mano
La culebra del susto
la culebra del susto
desapareció para mi sobrina
las muñecas de nunca
también desaparecieron
los dulces regateados
las sábanas orinadas
el moño
la primaria
la diminuta cocina
ahora mi sobrina tiene los ojos huidizos
el cabello oloroso
el primer novio
los alfileres de abril
La buena cosa de vivir
la buena cosa de vivir
el aroma diario de los pies que no descansan
el aceite del cuerpo en la sartén del sol
el caso de amar
el enloquecer
de vivir hace cien años
ayer
hoy que platico de los precios altos
del gobierno y del frío que hará mañana
comer
volar
el buen suceso de tener hambre
de los gordos preocupados
de la embarazada
de hacer lo mismo que las moscas
vivir
¡qué cosa!
Los mares de mi padre
por todos los mares ha andado mi padre
por los de la sangre de su próstata muerta
por el de las doscientas gruesas de bagre cuando
pescaba con mi tío Ventura allá en Garcilla,
en el estero
de la joya, hará unos treinta años
por el de la Ciudad de México, a la que no quería
ir porque decía que iba a morirse de frío, de ruido,
de aplastado
por el de sus inevitables borracheras antes de que lo
operaran (¿qué pescador no se ha emborrachado
nunca bajo
los mangos y las palmeras, entre mortuales
y casorios?)
por el gran mar de mi abuelo
rodeado de espantos y respeto,
fundador de Cabeza de Toro y de nosotros
por el de mi madre
costilla para siempre de su cama
de su quehacer
de su vejez
por el del pueblo.
del que conoce muy bien sus juntas ejidales
sus difuntos
su condición de pequeño juguete de la política
por el de sus compadres innumerables
y también por los mares del canto de Jack London
en los que gusta internarse por las tardes
acostado en su hamaca
Otro poema a lsolda
me acuerdo
sonreías tan adentro de mis ojos
(del aire de mis ojos)
a veces llorabas este pinche mundo como tú decías
éramos amigos
y me platicabas de tus hijos
me acuerdo
una vez te dije estoy enamorado de ti
y abriste tu sonrisa como un paisaje
pero sabíamos bien el rumbo de nuestras tristezas
en nuestro clima sobraban las palabras
me acuerdo
un día querías volcar tu escritorio en la oficina
y mandar al diablo papeles y la ciudad entera
te di una mirada como un abrazo
me acuerdo
íbamos a tu casa
nos recomendábamos libros
tomábamos café
Lo que muestra la puerta
lo que muestra la puerta, no lo que esconde, me da miedo.
me da miedo tu mirada, no tus ojos.
si tu lengua se enrosca de tal modo al hablar, me da miedo.
me da miedo la luz, por lo que muestra de las cosas.
me da miedo la sombra, por los gritos que oculta.
me da miedo la vida, por la muerte.
miedo de que no todo salga bien a la hora de amar,
la hora de entregar universo tiernamente.
me da miedo también el sur sin el norte,
me da miedo la pala, por el muerto.
me da miedo la muerte por esto de la vida.
Taza de café
para Adriana
eres
entre mis manos pensativas
una nostalgia negra
en la mañana que tirita
un recuerdo caliente
en la noche sin cama
humeante despedida
en mis labios ya secos
madrugada profunda
Desempleos
mi paisana me dijo
sí paisano
es de Tapachula
soy la dueña
es joven
y estamos publicando a poetas jóvenes
es guapa
pero un trabajo para ti
es rica
búscame el lunes
es muy mona
a ver qué te consigo
es igual que todas
Recado de familia
en memoria del viejo Emeterio, mi padre
I
desde el manglar me preguntaron las iguanaspor ti
los bagres del estero también me preguntaron
el viento y sus gaviotas
tu canoa
tu atarraya
mamá me preguntó por ti
y yo tuve que hacer este recado
y ponerlo en el pico de la garza más blanca
a ver si en la blancura te encontraba
y lo amarré a la tristeza del pez más profundo
a ver en qué rincón del agua te encontraba
y se lo dije a la lluvia
en su gota más secreta
y al salitre en su yodo más recóndito
y al más fino pliegue del vestido negro
de mamá y las hermanas
padre
que estamos esperando
alguna brisa tuya entre las ramas de los mangos
algún indicio de tu nombre en el polvo del patio
algo que nos diga cómo te va
don Emeterio
cómo la vas pasando allá
en esa oscuridad que brilla
al otro lado de nuestras lágrimas
II
naufraga mi camisa, mi ropa toda en la Ciudad de México.
estoy a punto de otras ciudades y no puede mi piel,
no resiste mi piel en sus costras horribles.
mi edad me empuja hacia hoteles oscuros,
solitario en mi sangre que me apura, me exige.
naufraga mi cuerpo en alcoholes desatados
pues me avisan que has muerto, padre,
y ni siquiera tu muerte conduce el mundo
del otro modo, de otro mirar, de corazón que me rescate.
me avisan que la casa está sepia
y mi madre toda oscura en su butaca, aquella
que le hiciste un día de mayo.
que los nietos aún se asombran cuando no te ven
como a diario bajo el chicozapote tejiendo tus atarrayas,
tus hamacas.
y yo, a tres meses de tu muerte, no hago nada por evitarme
esta tristeza que me nubla,
esta desesperación que golpea mis hígados,
este David sin honda que soy,
este olor a suicidio que me ronda
III
con tristeza te digo que el corral
es el mismo.
que no hay vaca más acostumbrada que aquella
mecanógrafa;
que no hay escritorio más fijo en su cuadra
que aquel subsecretario,
questa directa paga,
quesas educaciones con oratoria y aplausos.
así qué relinchos no entonan su pasión
por la patria,
así cuánta pastura sobra en la oficinas,
cuántos rumiantes caben en los bolsillos
de los periodistas,
así qué viento no me dolerá,
así cómo no refugiarse en tu recuerdo
riela el calor del mediodía en Tuxtla
la indígena limosnea sentada
eI lustrador se rasca su mugre
el maestro D sonríe libidinosamente a la muchachaque pasa
el café es un pedazo inútil de tedio
quiero una máquina de escribir para mi estatua.
a jenny
de perder a perderte
de perderme a puñal
de sur a contranorte
de río arriba
decuerdo a loco
de encontrarte encarnada
de muchos días en uno
yo no supe seguir cantando
yo no supe color albísimo
yo no pude dar
yo no pude recibir
yo no te pude amor
yo no me pude más allá
yo no me quise hasta adentro
hasta altura
por la calle larga
alguien camina con mis pasos
la ciudad es de plata, es de papel
alguien muere en la esquina
alguien, más allá, nace
todo parece correr con la naturalidad del tiempo
y detenerse a veces en la esquina
todo parece para mis ojos como diariamente
salvo que un día
por la calle larga que se vuelve un niño de pronto
mis pasos me los pongo
conozco los relojes con sus horas hechas de carne
y conozco todas las cosas que veo subir desde lo que era
un sueño y se ha roto
después viene la noche
y me digo que ya vendrá otro día, talvez
Garza de querer
Garza de querer anidar la vida al viento
pelícano despreocupado de mi sufrir amar
un descansar hamaca en la tarde sedúceme
y la parvada alárgame la nostalgia del mar
más pésame el café bullicioso de la ciudad
y llámame el camarón desde el fondo del restorán
así ganas me dan de una mujer y llorar
o ser un pez espada en el congreso de la paz
mas la locura es hambre y es tristeza sin par
y sin bolsas prefiero mi lluvia y mi manglar.
Planear en tono gris
Planear en tono gris
tono de cielo y viento
a las cinco de un atardecer
al repetirse diez amaneceres
en octubre o febrero, paz sin lluvia
cuando el mar es un viejo pescador infinito
y la montaña una tortuga con raíz de manglar
tirarse a nado entre las nubes
con agosto en el centro del relámpago
y el abundante julio hecho sandia
hamaca, pez, iguana
repartiéndose el trópico
entre la clorofila de las doce
y el incendio total de las cigarras
mar que todo lo dices
pleninoche de sal, astro y candil
¡qué despierta te duermes!
Yo hago lo que puedo
Hago lo que puedo
de los seis litros y medio
hago lo que puedo
de tres comidas
hago lo que puedo
de lo inútil
hago lo que puedo
de tus pechos -orégano y sandía
tomate y candelabro-
hago lo que puedo
de tu vientre siempre verde
que muerde siempre
hago lo que puedo
de tu cuerpo redondo como sábana mía
como luz sin descanso
hago lo que puedo
de tu canción, de tu dolor, de tu espera,
amiga, amor
yo hago lo que puedo.
Por estas alas
donde anidan lugares
donde tiene su ruta el sur
por este camino
donde pasan los de a caballo
donde llueve y se canta
donde se llega al mar
por esta caña que crece
por este río que sigue pasando con su saludo
por este amanecer
asumo la contienda
Solía utilizar las servilletas
para sufrir un poco la vida
para cantar un rato mientras aullaba la soledad
muy cuerpo adentro, casi lejos,
como un coyote solitario
solía soltar un poco el hilo de su tinta
solía trazar líneas delgadísimas como ausencia
solía amar a secas
solía rascarse mientras sentía cuánto, cuánto